El único templo católico aún en pie en la Franja de Gaza, la Iglesia de la Sagrada Familia, fue blanco de un bombardeo israelí este jueves, dejando al menos cuatro muertos y varios heridos, entre ellos el párroco argentino Gabriel Romanelli.

Así lo denunció el Patriarcado Latino de Jerusalén, quienes confirmaron que la parroquia, que describen como refugio de cientos de desplazados, sufrió graves daños estructurales por el ataque.

Según autoridades de la Unidad de Sanidad encargada del recuento de víctimas en Gaza, la cifra de fallecidos asciende a cuatro. Inicialmente, médicos del Hospital Al-Ahli habían informado de la muerte de dos mujeres como consecuencia del bombardeo.

El padre Romanelli, de 55 años, resultó herido en una pierna, aunque su estado se reporta como estable.

Por su parte el ejército de Israel dijo lamentar “los daños causados” en la iglesia,
después de haber indicado que revisaba las circunstancias del ataque.

Se trata del primer bombardeo directo contra esta parroquia, aunque no del primer acto violento, en diciembre de 2023, un francotirador israelí le quitó la vida a una madre y su hija dentro del mismo templo.

La iglesia alberga actualmente a unas 500 personas, en su mayoría cristianos desplazados, según la agencia de noticias de la Conferencia Episcopal Italiana.

En un contexto donde centenares de lugares religiosos han sido destruidos, 815 mezquitas desde el inicio del conflicto, de acuerdo con las autoridades palestinas, templos como este se han convertido en último refugio para muchos gazatíes.