Israel lanzó el lunes una nueva serie de bombardeos contra Irán. El ejército anunció que estaba llevando a cabo ataques contra el cuartel general de la Guardia Revolucionaria iraní, el ejército ideológico de la República Islámica, en Teherán.


Los medios oficiales iraníes informaron sobre ataques contra la planta subterránea de enriquecimiento de uranio de Fordo. El poder judicial dijo a su vez que los bombardeos alcanzaron la prisión de Evin, en Teherán, conocida por los malos tratos infligidos a presos políticos y donde se encuentran encarcelados prisioneros extranjeros. El conflicto entre Israel e Irán estalló el 13 de junio con un ataque israelí sin precedentes contra su gran rival regional, a quien acusó de estar a punto de fabricar una bomba atómica.

Estados Unidos entró en el conflicto el domingo bombardeando las instalaciones nucleares de Isfahán y Natanz, así como la planta subterránea de Fordo. Irán, que niega querer fabricar armas atómicas pero defiende su derecho a desarrollar un programa nuclear civil, denunció que Estados Unidos e Israel cruzaron una gran línea roja y advirtió de una posible extensión de la guerra en Medio Oriente.

Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores recordó que el ataque estadounidense ocurrió dos días antes de un nuevo ciclo de negociaciones sobre el programa nuclear iraní.

Pese a que el presidente estadounidense Donald Trump habló de una destrucción total en las instalaciones nucleares iraníes, tanto Israel como Estados Unidos todavía están evaluando los daños y algunos expertos creen que el material nuclear fue trasladado a otro lugar antes del ataque. Un asesor del líder supremo iraní Ali Jamenei afirmó en la red social X que Irán todavía tiene reservas de uranio enriquecido.