El ejército israelí inició este viernes una serie de ataques contra Irán, teniendo como objetivo inicial las bases militares iraníes ubicadas en Teherán. Docenas de aviones atacaron múltiples objetivos militares y nucleares en distintas regiones. El gobierno liderado por Benjamín Netanyahu justifica la ofensiva aseverando que «Irán está más cerca que nunca de obtener armas nucleares. No tuvimos otra opción; era un peligro existencial. Seguiremos defendiendo a nuestros ciudadanos», se lee en un comunicado ampliamente difundido en redes sociales.
Residentes de la zona bombardeada han reportado temblores, vidrios rotos y varias personas con crisis nerviosa a causa de lo que Israel advierte se podría extender durante varios días.
Sin embargo, tras el ataque Israel ha decretado estado de emergencia, ante las posibles respuestas que Masoud Pezeshkian, quien ya había sonado los tambores de guerra, podría ordenar contra todo el territorio israelí.
Horas antes el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió a Israel que no ataque las instalaciones nucleares de Irán, asegurando que las negociaciones estaban cerca de un acuerdo.
El mandatario destacó que su equipo negociador se reunirá con representantes iraníes en Omán, en un intento por evitar una escalada y lograr concesiones sobre el programa nuclear de Teherán.
Paralelamente Estados Unidos pidió a todas las embajadas cercanas a las zonas en conflicto que retornen al personal hacia su país, pero a las que están alejadas de los posibles ataques iraníes ordenó que crearan comités de acción de emergencia. El secretario de Estado, Marco Rubio, aclaró que los ataques de Israel contra Irán fueron “unilaterales” y sin participación estadounidense. Advirtió a Teherán que no debe atacar intereses ni personal del país norteamericano.
Mientras tanto, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) censuró a Irán por incumplimientos en sus compromisos de no proliferación, lo que podría derivar en nuevas sanciones.