Más de 100 camiones con ayuda internacional lograron ingresar por el paso de Rafah, Egipto, y fueron distribuidos en Gaza por la ONU y organizaciones humanitarias, tras meses de bloqueo y una crisis alimentaria creciente. También se reactivaron los lanzamientos aéreos sobre el enclave, sitiado por Israel desde hace casi 22 meses.
La Organización Mundial para la Salud alertó que la desnutrición ha alcanzado niveles críticos, con 63 muertes en julio, 24 de ellas de niños pequeños. Frente a la presión global, Israel anunció pausas diarias en los combates para permitir la entrega de ayuda, aunque oenegés advierten que sigue siendo insuficiente.
El secretario general de la ONU denunció que el hambre no debe utilizarse como arma de guerra. Al mismo tiempo, varias oenegés israelíes acusan a su gobierno de cometer un «genocidio» en Gaza.
“El informe redactado por nosotros en B’Tselem presenta hechos, datos y testimonios sobre cómo Israel actúa de manera deliberada, coordinada y sistemática para destruir a los palestinos en Gaza”. afirmó Yuli Novak, directora ejecutivo de B’Tselem.
Por su parte el gobierno de Israel niega rotundamente estar deliberadamente matando de hambre a civiles como parte de la guerra, desencadenada por un ataque del movimiento islamista palestino Hamás, que gobierna la Franja de Gaza, el 7 de octubre de 2023.