Tensión y violencia se apoderan de Irlanda del Norte por tercera noche consecutiva, con disturbios en Ballymena tras un presunto intento de violación que desató protestas de corte antiinmigrante. 

Bajo fuerte presencia policial, con cañones de agua y escudos antimotines, cientos de manifestantes recorrieron las calles de esta ciudad de 31.000 habitantes. 

Los enfrentamientos han dejado 32 policías heridos y viviendas incendiadas, en zonas donde residen comunidades rumanas. La policía describió los hechos como “matonismo racista”, mientras el primer ministro Keir Starmer condenó la violencia como “irracional”.

«Condeno absolutamente la violencia que hemos visto durante la noche en Ballymena y en otras partes de Irlanda del Norte, incluyendo contra oficiales de la policía. Es absolutamente vital que a la PSNI se le dé el tiempo necesario para investigar los incidentes en cuestión, en lugar de enfrentar ataques sin sentido mientras buscan traer paz y orden para mantener a la gente segura”. aseguró Keir Starmer, primer ministro del Reino Unido

También se registraron «disturbios esporádicos» en otras partes de Irlanda del Norte, especialmente en Belfast.