Según The Wall Street Journal, Irán ha encargado materia prima a China para la fabricación de cientos de misiles balísticos, en su intención de mantenerse como una de las principales potencias mundiales por su capacidad armamentística.

La fuerza militar de Irán cuenta en la actualidad con un arsenal que supera los 3,000 misiles balísticos con alcance que puede afectar a países vecinos y más allá. Su programa nuclear, supervisado por el Organismo Internacional de Energía Atómica, mantiene en alerta a la comunidad internacional por su potencial desarrollo de armamento nuclear, lo que podría alterar el equilibrio regional y global.

Previamente Sputnik publicó un análisis en el que coloca al país entre los cinco ejércitos más poderosos de la región de Oriente Medio. A pesar de las sanciones y el aislamiento, ha fortalecido su arsenal y tecnología militar, consolidándose como un actor clave en la geopolítica actual.

Irán extiende su poder no solo mediante su ejército, sino también a través de grupos armados como Hezbollah en Líbano, milicias chiitas en Siria e Irak, y los hutíes en Yemen, permitiendo la intervención indirecta en conflictos regionales, consolidando su influencia y aumentando su capacidad de respuesta sin confrontación directa, lo que representaría un riesgo significativo para la estabilidad del Medio Oriente y la seguridad global.