Etiopía inauguró este martes la Gran Presa del Renacimiento (GERD), considerada la hidroeléctrica más grande de África. El primer ministro Abiy Ahmed lideró la ceremonia en el Nilo Azul, cerca de la frontera con Sudán, destacando que el proyecto busca garantizar electricidad para millones de ciudadanos y fortalecer la economía nacional.
Al evento asistieron mandatarios de países vecinos como Kenia, Somalia, Yibuti y Sudán del Sur, además de representantes de la Unión Africana. La inauguración estuvo acompañada de desfiles, bailes tradicionales y un recorrido por las turbinas de la planta, que simbolizan el avance tecnológico del país.
La presa tiene capacidad para producir 5.150 megavatios de energía, lo que permitirá reducir la falta de acceso a electricidad que aún afecta a más de la mitad de los etíopes, además de abrir la posibilidad de exportar energía a otros países africanos. El proyecto tuvo un costo de unos 5.000 millones de dólares, financiados principalmente por el propio Estado y la ciudadanía.
Pese al entusiasmo en Etiopía, la obra mantiene tensiones con Egipto y Sudán, que la ven como una amenaza para su seguridad hídrica. Ambos países denuncian que el llenado se hizo sin acuerdos previos, mientras Etiopía insiste en que la presa no busca perjudicar, sino impulsar la prosperidad compartida en la región.