Hace tres años, justo el 23 de julio de 2022, la Organización Mundial de la Salud, OMS, declaró la viruela del mono, actualmente conocida como mpox, como una Emergencia de Salud Pública de Importancia Internacional. La decisión respondió a la inusual propagación del virus fuera de su zona endémica en África, y marcó el inicio de una intensa movilización internacional.

Un año más tarde, en mayo de 2023, la OMS anunció el fin de la emergencia tras registrar una disminución sostenida de casos. La respuesta global incluyó diagnósticos masivos, campañas de vacunación y vigilancia activa, medidas que permitieron contener inicialmente la expansión del virus. Sin embargo, la amenaza no desapareció.

En agosto de 2024, la OMS se vio obligada a reactivar la alerta sanitaria debido al surgimiento de una nueva variante del virus, más virulenta y con una mayor tasa de transmisión. Esta variante, identificada como Clado Ib, ha generado preocupación por su rápida propagación en África y su posible expansión global. Solo en los primeros seis meses de 2025, se han confirmado más de 26.700 casos en 21 países africanos, siendo la República Democrática del Congo el más afectado.

La OMS ha reforzado las labores de vigilancia genómica y continúa desarrollando vacunas de segunda generación, al tiempo que colabora con los países más golpeados para fortalecer sus sistemas sanitarios. Aunque regiones como Europa han reportado menos casos, España ha notificado 72 en lo que va de 2025, la circulación persistente del virus mantiene la alerta activa.