Desde este martes, Grecia aplicó una nueva tasa por pasajero a los cruceros que arriben a ciertas islas del mar Egeo, incluyendo Mykonos y Santorini. La medida se implementa en el marco de una ley aprobada en 2024 destinada a combatir el turismo excesivo que ha afectado la capacidad de infraestructura en destinos populares.
Durante la temporada alta, el impuesto alcanzará los 20 euros por pasajero en las islas más concurridas, y 5 euros en otras localidades insulares. Con esta iniciativa, el gobierno griego proyecta recaudar 50 millones de euros anuales, recursos que serán dirigidos a la mejora de puertos y otros servicios básicos.
Mykonos y Santorini, que juntas recibieron más de 2,6 millones de pasajeros de cruceros en 2024, enfrentan crecientes críticas por el impacto ambiental y la congestión. Habitantes locales denuncian la contaminación y el limitado beneficio económico, dado que muchos visitantes solo permanecen por unas horas.
La medida se alinea con otras políticas similares adoptadas en Europa. Venecia, en Italia, impuso un cobro diario a los visitantes de corta estancia, mientras que Ibiza, en España, ha comenzado a restringir el número de vehículos turísticos.