El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, concluyó este jueves su primera gira oficial en el Golfo Pérsico, rompiendo con la tradición de visitar primero aliados como Canadá o México. En lugar de centrarse en la diplomacia, su visita puso el énfasis en firmar acuerdos comerciales e impulsar la inversión estadounidense en la región.
La elección del Oriente Medio como su destino inicial marca un cambio de prioridades en la política exterior de Washington.
Durante su visita, Trump evitó hablar de intervenciones militares y dejó claro que su enfoque principal es económico. Países como Catar y Arabia Saudita ofrecieron atractivos acuerdos, incluyendo un pedido multimillonario de aviones Boeing y propuestas para que empresas estadounidenses reconstruyan infraestructura petrolera, especialmente en Siria.
Los gobiernos del Golfo han recibido al mandatario con elogios y promesas de cooperación. A cambio, buscan mayor acceso a armamento de última generación, como los aviones F-35. Sin embargo, esto podría generar tensiones con Israel, país al que EE.UU. garantiza una superioridad militar en la región. La gira de Trump deja en evidencia una política exterior que privilegia los intereses económicos por encima de alianzas tradicionales o compromisos diplomáticos.