La tragedia sanitaria que golpea a Argentina por la distribución de fentanilo contaminado suma 68 muertes confirmadas y 19 personas infectadas, mientras la justicia federal avanza en una investigación que apunta a graves fallas de control en el laboratorio HLB Pharma Group. Los lotes defectuosos, administrados en unidades de cuidados intensivos de unas veinte instituciones médicas, contenían las bacterias multirresistentes Ralstonia pickettii y Klebsiella pneumoniae.
El caso está a cargo del Juzgado Criminal y Correccional Federal N° 3 de La Plata, conducido por el juez Ernesto Kreplak, quien ordenó la recuperación de las ampollas aún en circulación y la inhibición de bienes de los responsables. Las pesquisas revelan un “entramado societario complejo” que involucra nueve firmas vinculadas a la producción y distribución del fármaco, encabezadas por el empresario Ariel García Furfaro, cuya familia y socios figuran como sospechosos.
El fentanilo contaminado comenzó a ser detectado tras un brote inusual de infecciones en el Hospital Italiano de La Plata, inicialmente atribuido a paros cardiorrespiratorios. Posteriores análisis confirmaron que las ampollas de la droga, utilizadas como potente analgésico en pacientes críticos, estaban contaminadas. Antecedentes de denuncias previas contra HLB Pharma por “desvíos de calidad” habían sido notificados a la autoridad sanitaria nacional, ANMAT, sin derivar en sanciones inmediatas.
En medio de la crisis, ANMAT bloqueó la producción de HLB Pharma, prohibió la distribución de sus productos y abrió una investigación sobre 267 expedientes, 117 de ellos por deficiencias graves. Sin embargo, más de 42.000 ampollas de los lotes infectados aún no han sido recuperadas, lo que mantiene la alerta en hospitales de varias provincias.
Familiares de las víctimas exigen justicia y cuestionan la demora en la respuesta regulatoria. “Se podría haber evitado”, afirmó la infectóloga Florencia Prieto, quien ya había denunciado anomalías en 2023.