El Día de la Madre en México estuvo marcado por el dolor y la protesta de familias afectadas por la migración y la desaparición forzada. En Ciudad Juárez, se frustró por primera vez desde 2016 el evento binacional “Abrazos no muros”, que permitía breves reencuentros entre familiares separados por la frontera con Estados Unidos. La suspensión fue consecuencia directa de una nueva zona de defensa militar impuesta por el gobierno estadounidense en Texas, que prohíbe el paso en el punto donde solía llevarse a cabo el emotivo acto.

Deportadas por sorpresa: las familias migrantes en la frontera entre México  y EE. UU. - The New York Times

Mientras tanto, en Ciudad de México, cientos de madres marcharon como cada 10 de mayo para exigir justicia por sus hijos desaparecidos. Desde hace más de una década, este grupo de mujeres transforma la fecha en una jornada de denuncia, visibilizando una de las crisis humanitarias más graves del país, con más de 100.000 personas reportadas como desaparecidas. Las manifestantes responsabilizan al Estado mexicano por la omisión sistemática en la búsqueda de víctimas y la falta de castigo a los culpables.

Ambas movilizaciones reflejan el profundo impacto de las políticas migratorias y de seguridad en las familias mexicanas. Ya sea por la imposibilidad de cruzar un muro fronterizo o por la ausencia perpetua de un ser querido, miles de madres pasaron la fecha sin abrazos, exigiendo respuestas y dignidad.