Por primera vez desde la guerra de Vietnam, Estados Unidos ha desplegado bombarderos estratégicos B-1B en Japón.
La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha desplegado cuatro bombarderos estratégicos B-1B Lancer en la base aérea de Misawa, en el norte de Japón, y mantiene seis bombarderos furtivos B-2 Spirit en Diego García, en el Océano Índico, colocando diez bombarderos estratégicos en la región del Indo-Pacífico dentro del alcance de China.
En general, se trata de un cambio histórico en la postura militar de Estados Unidos: es la primera vez desde la guerra de Vietnam que se han estacionado bombarderos de largo alcance en Japón durante un período prolongado.
La medida se produce en medio de crecientes tensiones en el Indo-Pacífico, particularmente en el Mar de China Meridional y el Estrecho de Taiwán, y señala una estrategia estadounidense más amplia para contrarrestar la modernización militar de China y al mismo tiempo fortalecer las alianzas con Japón, Corea del Sur y otros socios regionales.
China ha advertido sobre este movimiento asegurando que podría ser considerado un acto hostil hacia su país.