Estados Unidos anunció que a partir del 1 de octubre aplicará una nueva tarifa de 250 dólares a los solicitantes de visas de no inmigrante provenientes de países como México, Brasil y China. La medida eleva el costo total de la visa a aproximadamente 442 dólares, uno de los más altos a nivel mundial.

La nueva cuota forma parte de la ley “One Big Beautiful Bill Act”, recientemente aprobada por el Congreso, que busca financiar programas de seguridad fronteriza y agilizar los procesos consulares. Funcionarios estadounidenses aseguran que la tarifa contribuirá a modernizar la infraestructura de las oficinas de visas y a reforzar medidas de integridad en la emisión de permisos de entrada.

El anuncio ha generado preocupación entre la industria turística internacional, que advierte sobre un posible descenso en los viajes hacia EE. UU., especialmente de mercados clave como América Latina y Asia. Analistas indican que, si bien la medida impacta principalmente a viajeros de placer, también podría afectar negocios, conferencias y turismo educativo.

En México, Brasil y China, operadores de agencias de viajes y expertos en movilidad internacional señalaron que el incremento representa un obstáculo adicional para los turistas que ya enfrentan inflación y altos costos de transporte. “El precio final de la visa será significativo, y podría disuadir a algunos viajeros de planear viajes a Estados Unidos en los próximos meses”, comentó un especialista en turismo internacional.

Estados Unidos se mantiene como uno de los destinos más visitados del mundo, recibiendo cada año millones de turistas. Sin embargo, la medida refleja un enfoque más estricto hacia el control migratorio y la recaudación de fondos para seguridad, lo que podría tener, según expertos, repercusiones en la competitividad del país en el sector turístico global.