Este miércoles 26 de febrero, Chile comenzó a retomar la normalidad tras un apagón masivo que afectó al 95% de la población el día anterior. El corte de energía comenzó a las 15:16 (hora local), y dejó a 20 millones de chilenos sin electricidad durante varias horas, causando caos y desconcierto.
A medida que avanzaba la noche, el suministro se fue restableciendo, alcanzando el 90% de recuperación, especialmente en Santiago y otras áreas centrales. El gobierno decretó un toque de queda desde las 22:00 horas hasta las 06:00 horas del miércoles, y el presidente Gabriel Boric activó el estado de emergencia por catástrofe.
El impacto fue inmediato, y se vio reflejado en el metro de Santiago, que transporta a millones de personas diariamente, suspendió operaciones, afectando gravemente la circulación en la capital.
En la ciudad, los comercios cerraron, y muchas personas se vieron obligadas a caminar largas distancias bajo altas temperaturas. La suspensión del servicio también afectó a 300,000 escolares, y el Festival Internacional de Viña del Mar tuvo que cancelar un espectáculo importante. La falta de energía también interrumpió las comunicaciones y la conectividad a internet.
El apagón, considerado el peor desde 2010, desató la indignación en la población. El gobierno descartó que se tratara de un ataque, atribuyendo la falla a un problema interno del sistema eléctrico.
La ministra del Interior, Carolina Tohá, y el presidente Boric responsabilizan a las empresas privadas encargadas del suministro, anunciando sanciones por la grave disrupción en la vida cotidiana de millones de chilenos.