Un incendio de gran magnitud ha obligado a las autoridades de Long Island, en Nueva York, a declarar el estado de emergencia. Las llamas, que comenzaron el sábado, han consumido parte de la reserva natural Pine Barrens, una extensa área protegida cercana a zonas residenciales.
Ante la rapidez con la que el fuego se extiende, la gobernadora Kathy Hochul ha desplegado a la Guardia Nacional para reforzar las labores de extinción y coordinar la respuesta de emergencia.
El avance del fuego se ha visto favorecido por los fuertes vientos y la sequedad del terreno, lo que ha complicado los esfuerzos de los bomberos y ha generado preocupación entre las comunidades cercanas.
La gobernadora ha advertido que, aunque las labores de control avanzan, la situación sigue siendo incierta y podrían ser necesarias evacuaciones en las próximas horas. Además, expresó su inquietud por la calidad del aire en la región, que ya muestra signos de deterioro debido al humo.
Las autoridades han pedido a la población mantenerse informada y preparada ante cualquier eventualidad. Mientras tanto, los equipos de emergencia trabajan sin descanso para contener los múltiples focos activos y evitar que el fuego siga propagándose. La prioridad, han señalado, es proteger tanto a los residentes como a la reserva natural, un ecosistema vital para la región.
