Más de 117 personas han muerto este año en el conflicto que sacude la frontera colombo-venezolana, donde el Ejército de Liberación Nacional, ELN, y disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC, se enfrentan por el control del Catatumbo, una de las regiones más estratégicas y violentas del país.

Según un informe presentado este martes por la Defensoría del Pueblo, desde el 16 de enero hasta el 28 de abril de 2025 se han registrado 64 mil 783 personas desplazadas y 12 mil 913 confinadas, muchas de las cuales se ven atrapadas en sus propios pueblos sin poder escapar del fuego cruzado. El documento describe la situación como alarmante y denuncia que el ELN ha intensificado sus ataques casa por casa contra aquellos que considera aliados de las disidencias del Frente 33, que se apartaron del acuerdo de paz de 2016.


En medio de este escenario, el presidente colombiano, Gustavo Petro, anunció recientemente un acuerdo para crear una «zona de paz» en el municipio de Tibú, uno de los epicentros de la violencia y la producción de coca. Sin embargo, la Defensoría ha expresado reservas sobre la viabilidad de esta medida, advirtiendo que podría agravar los riesgos si no se garantiza el desarme de los combatientes.

El informe también detalla que el ELN, con unos 5 mil 800 combatientes, ha reforzado su control territorial mediante el uso de drones explosivos, minas antipersonales y otras armas de alto poder, mientras que la fuerza pública enfrenta dificultades para restablecer el orden en esta región.