El presidente estadounidense Donald Trump advirtió el martes que no dudará en aplicar la Ley de Insurrección si las protestas en Los Ángeles, desatadas por las redadas migratorias, continúan escalando.

Esta legislación, vigente desde 1807, le permite movilizar a las fuerzas armadas dentro del país para contener disturbios civiles, y es considerada una de las herramientas más extremas del gobierno en situaciones de crisis interna.

El mandatario expresó, «Si hay una insurrección, sin duda la invocaría. Ya veremos», «Pero les puedo asegurar que anoche fue terrible, y anteayer también».

Trump agregó que el lunes por la noche «hubo ciertas zonas» de la ciudad donde, a su juicio, se vivieron situaciones que «podrían haber sido insurrecciones».

En una decisión que ha encendido aún más las tensiones, el presidente Trump ordenó el despliegue de 4,000 efectivos de la Guardia Nacional en Los Ángeles sin consultar ni solicitar autorización al gobernador Gavin Newsom, con quien mantiene una relación conflictiva.

La medida, sin precedentes en las últimas seis décadas, fue recibida con fuertes críticas por parte de líderes locales y organizaciones civiles, que acusan al mandatario de agravar deliberadamente la situación en lugar de buscar una salida pacífica.

En respuesta al despliegue federal, el gobierno de California presentó una demanda contra el presidente Trump, alegando que el envío de la Guardia Nacional a Los Ángeles fue realizado de forma «ilegal» y sin el consentimiento del estado.