El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, llamó a Washington a John T. McNamara, encargado de Negocios interino de la Embajada de Estados Unidos en Colombia, para consultas urgentes tras declaraciones infundadas y reprensibles de los más altos niveles del Gobierno de Colombia.
“Llamamos a nuestro Encargado de Negocios interino de Bogotá para consultas urgentes tras las declaraciones infundadas y reprensibles de altos funcionarios del gobierno colombiano. Nuestra nación está comprometida con la relación bilateral entre Estados Unidos y Colombia y con el pueblo colombiano. Seguiremos comprometidos con las prioridades compartidas, incluyendo la seguridad y la estabilidad”, aseveró el funcionario.
Posteriormente el Departamento de Estado emitió un comunicado en el que aseguró que además “del retiro del Encargado, Estados Unidos está adoptando otras medidas para dejar clara nuestra profunda preocupación por el estado actual de nuestra relación bilateral”.
En el comunicado no ahondaron sobre la situación puntual que resaltan como “declaraciones infundadas”.
Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el gobierno de Gustavo Petro ha mostrado claras diferencias en la aplicación de políticas y acuerdos. El 26 de enero de este año los mandatarios se enfrascaron en discusiones luego de que el mandatario colombiano rechazara los vuelos con migrantes en condición irregular en Estados Unidos.
En ese momento, Trump decidió interrumpir la expedición de visas desde la Embajada en Bogotá, crisis que fue conjurada tras unas horas de varias reuniones entre altos funcionarios. A esta situación también se suman los descontentos por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos por los frenos del Gobierno Petro a la extradición de algunos delincuentes que estaban pedidos por ese país.
El presidente colombiano ha girado su vista hacia el continente asiático y busca acercamientos con el bloque de los BRICS.