Un grupo de senadores republicanos, encabezados por Lindsey Graham, presentó un plan presupuestario que contempla una inversión de 66 mil millones de dólares para reforzar la frontera sur de Estados Unidos. La propuesta incluye fondos para reanudar la construcción del muro con México, ampliar la capacidad del ICE y modernizar la tecnología de vigilancia fronteriza.

El proyecto, aún en etapa de borrador, busca canalizar recursos mediante un mecanismo de reconciliación presupuestaria y forma parte de un paquete legislativo más amplio vinculado a la agenda del expresidente Donald Trump. De acuerdo con Graham, la medida permitiría restablecer políticas migratorias implementadas durante la administración republicana anterior, interrumpidas bajo el mandato de Joe Biden.

Uno de los puntos centrales del plan es la asignación de 46.500 millones de dólares para obras de infraestructura física en la frontera, así como la incorporación de tecnología avanzada como escáneres no intrusivos, sensores con inteligencia artificial y sistemas de vigilancia biométrica. También se prevé la contratación de miles de nuevos agentes fronterizos y la expansión de centros de detención migratoria.

El senador Rand Paul presentó una versión alternativa con un presupuesto reducido de 6.500 millones de dólares, argumentando que el gasto previsto por Graham es fiscalmente insostenible. El asesor presidencial Stephen Miller criticó esta postura, señalando que debilitaría las políticas migratorias propuestas por el partido.