La batalla global contra el VIH ha dado un giro esperanzador con una reciente aprobación en Estados Unidos de un innovador tratamiento inyectable desarrollado por Gilead Sciences. Este medicamento, que promete transformar la prevención del virus, requiere tan solo dos aplicaciones al año y ha demostrado una gran efectividad, acercándose a lo que muchos expertos consideran el equivalente funcional de una vacuna.
El fármaco, bautizado bajo el nombre de Yeztugo, está diseñado para adolescentes y adultos que pesen al menos 35 kilogramos. Su componente activo, el lenacapavir, ya era conocido en el ámbito médico, pero ahora, en esta nueva formulación preventiva, ha superado todas las expectativas.
Los ensayos clínicos arrojaron resultados asombrosos con una reducción del 99.9% en el riesgo de transmisión del VIH. En un estudio que involucró a más de 2,000 mujeres en África subsahariana, no se registró ni una sola infección. Los efectos secundarios reportados han sido leves, incluyendo dolor en el sitio de la inyección, náuseas y cefalea.
A pesar del entusiasmo generalizado por la eficacia de Yeztugo, su precio potencial ha generado un intenso debate. Aunque Gilead no ha confirmado la cifra oficial, se estima que el costo podría ascender a 25,000 dólares anuales por paciente en Estados Unidos. Esta cifra ha provocado una fuerte preocupación entre organizaciones de salud y expertos, quienes advierten que el fármaco podría fabricarse por tan solo 25 dólares anuales.
La farmacéutica ha firmado acuerdos con seis laboratorios para la producción de versiones genéricas que estarán disponibles en 120 países de ingresos bajos y medios. Además, se ha comprometido con el Fondo Mundial para facilitar el acceso temprano a dos millones de personas.