Ecuador suspendió el jueves la exportación de petróleo tras verse obligado a detener el funcionamiento de sus dos principales oleoductos debido a las intensas lluvias que afectan a la región amazónica del país.
La empresa estatal Petroecuador declaró la figura de “fuerza mayor” para el Sistema de Oleoducto Transecuatoriano, el más utilizado en el territorio, ante el riesgo de daños causados por erosiones en las riberas de los ríos por donde pasa la infraestructura.
La medida también afecta al Oleoducto de Crudos Pesados, lo que implica la paralización temporal de las exportaciones hasta nuevo aviso, evitando así penalizaciones por incumplimiento de contratos internacionales.
Los equipos técnicos se encuentran trabajando en el rediseño de las rutas de ambos ductos, que corren de forma casi paralela, con el objetivo de retomar cuanto antes el transporte de crudo hacia los puertos del océano Pacífico.
La interrupción ya ha tenido efectos en la producción, entre martes y miércoles se dejaron de extraer unos 132,500 barriles debido al cierre de cientos de pozos, provocando falta de capacidad de almacenamiento en los campos petroleros.
El SOTE, responsable de movilizar cerca del 60% del petróleo ecuatoriano con una capacidad de 360,000 barriles diarios, sufrió una rotura justo cuando el sistema ya había sido detenido. Mientras que el OCP, en el que el Estado posee mayoría accionaria, tiene una capacidad de transporte de hasta 450,000 barriles diarios.
Según las autoridades meteorológicas, las lluvias en la Amazonia podrían extenderse hasta el 18 de julio, lo que complica un pronto restablecimiento del servicio.