La expresidenta Dina Boluarte afirmó este viernes que “no está en su más mínimo pensamiento ni en su sentimiento patriótico dejar el país”, tras haber sido destituida por el Congreso de la República por “incapacidad moral permanente”. Desde la puerta de su casa en el distrito limeño de Surquillo, Boluarte insistió en que se mantendrá en Perú y negó toda responsabilidad en los procesos fiscales que enfrenta.
“Tan es así que, tras vivir siete años en el extranjero, regresé a la patria porque quería servir al Perú. Estoy tranquila con mi conciencia. La calma está en mí. Estaré permanentemente en el país”, declaró ante la prensa, acompañada de su abogado, Juan Carlos Portugal.
La destitución de Boluarte, aprobada con 122 votos a favor durante la madrugada del viernes, marcó el abrupto final de su gobierno, debilitado por la creciente inseguridad y acusaciones de corrupción. El Parlamento justificó la medida en su “incapacidad moral permanente” para enfrentar la crisis interna, especialmente tras el atentado contra la orquesta Agua Marina en un evento público.
Tras conocerse su salida del poder, circularon versiones sobre una posible solicitud de asilo en embajadas sudamericanas, lo que llevó a legisladores como Patricia Chirinos y Elías Varas a pedir a más de cuarenta embajadas en Lima que rechacen cualquier petición de protección. Sin embargo, su abogado desmintió rotundamente los rumores: “Ni asilada ni no habida. Ella está en su casa”.
La Fiscalía de la Nación ha solicitado un impedimento de salida del país mientras avanzan las investigaciones por presuntas violaciones a derechos humanos durante las protestas y casos de enriquecimiento ilícito. Pese a ello, Boluarte aseguró que está “tranquila con su conciencia” y que enfrentará los procesos en su país. Con la juramentación de José Jerí como presidente interino, su caída cierra otro capítulo en la prolongada inestabilidad política peruana.