Cuba enfrenta una nueva jornada de apagones generalizados, con un déficit de generación eléctrica que podría alcanzar los 1,825 megavatios en el horario de mayor demanda nocturna, según reportó la Unión Eléctrica de Cuba, UNE. Esta cifra representa más de la mitad de la capacidad disponible en la isla, anticipando cortes prolongados que impactarán a millones de ciudadanos.
Las causas de la crisis eléctrica combinan la escasez de combustible con el deterioro crónico del sistema termoeléctrico. De acuerdo con la UNE, más de 900 megavatios están fuera de operación debido a la falta de diésel en las plantas de generación distribuida. Además, unidades clave como la 5 de la Central Termoeléctrica Mariel y la 2 de Felton permanecen inactivas por fallas técnicas o mantenimientos prolongados.
La situación se agrava con la llegada del verano, cuando el aumento del consumo energético por las altas temperaturas rebasa la capacidad del sistema. Los hogares permanecen sin ventilación, refrigeración ni iluminación, afectando la vida cotidiana, la conservación de alimentos y la actividad comercial, mientras crece el descontento social.
En muchas provincias, los apagones ya no son eventos excepcionales, sino una rutina diaria que puede extenderse por más de 12 horas. Las previsiones de la UNE, casi siempre negativas, reflejan una crisis estructural sin solución visible a corto plazo, mientras la población recurre a estrategias de supervivencia ante la constante falta de electricidad.