El gobierno ruso prohíbe todas las actividades promovidas por el satanismo, tras ser declarado un grupo “extremista” por el tipo de acciones que promueven.

La encargada de elevar la petición a la Corte Suprema de Justicia fue la misma fiscalía del país, bajo la premisa que este movimiento “se fundamenta en la ideología extremista, el odio y la hostilidad hacia las confesiones religiosas tradicionales”.

Rusia acusa a sus miembros de “destrucción, daño, y vandalismo en iglesias ortodoxas, capillas, cruces, entre otros”.

Estos grupos también se han comparado a movimientos nazi que buscan destruir los valores tradicionales, como parte de lo que señalan como una “guerra híbrida” impulsada por el hemisferio occidental.

La demanda fue presentada por el Ministerio de Justicia y la Fiscalía General de Rusia, la misma que precisó en un comunicado que el movimiento se basa en “ideología extremista, odio y hostilidad hacia las confesiones religiosas tradicionales”.

De hecho, en 2024, Rusia incluyó al Templo Satánico de Estados Unidos (The Temple of Satan o TST, en inglés) en la lista de organizaciones indeseables en el territorio ruso por que promueve una ideología ocultista y utiliza símbolos satánicos “para desacreditar los valores espirituales y morales tradicionales”.