Estados Unidos avanza con la inauguración de un controvertido centro de detención para migrantes en el corazón del parque nacional de los Everglades, a unos 60 kilómetros de Miami. El complejo, llamado oficialmente Alligator Alcatraz, abrirá sus puertas este mismo martes, según confirmó el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
La instalación tendrá capacidad inicial para albergar a 3 mil personas, con planes de expansión hasta las 5 mil camas, en el marco de una estrategia estatal para reforzar las deportaciones masivas.
Construido en tiempo récord sobre un antiguo aeropuerto de entrenamiento, el centro está rodeado por una reserva de humedales de alto valor ecológico. El fiscal general de Florida, James Uthmeier, justificó su ubicación alegando que es segura y difícil de escapar, dado el entorno plagado de caimanes y pitones. “Si alguien intenta huir, solo le esperan los pantanos”, declaró públicamente en un video difundido en redes sociales.
Durante el fin de semana, centenares de ambientalistas y representantes de comunidades indígenas se manifestaron en los Everglades denunciando la violación de áreas protegidas y los riesgos que implica instalar carpas y remolques en un ecosistema frágil. Activistas acusan al estado de establecer campos de concentración en tierras sagradas, y advierten sobre condiciones inhumanas para los detenidos, especialmente bajo las temperaturas extremas del verano y ante la amenaza de huracanes.
La vocera Karoline Leavitt confirmó que el presidente Donald Trump estará presente en la inauguración de este recinto, instalación que retoma el nombre simbólico de la prisión de la bahía de San Francisco.