Con 57 votos a favor, la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó la nueva Ley de Energía Geotérmica, una normativa que permitirá a empresas privadas obtener concesiones de hasta 30 años para la explotación del recurso, con incentivos fiscales y mecanismos de contratación directa. La ley fue impulsada por el Ministerio de Economía a solicitud del presidente Nayib Bukele.
El texto legal, de 83 artículos, establece exenciones de impuestos sobre la renta e importaciones durante los primeros diez años de operación, además de declarar de utilidad pública los terrenos destinados a proyectos geotérmicos. En caso de no lograr acuerdos de compra directa, se habilita la expropiación de tierras mediante el procedimiento establecido para obras de electrificación nacional.
La normativa también permite que algunos proyectos se adjudiquen sin licitación pública si son declarados de interés nacional, lo que, según el oficialismo, agilizará la inversión y fortalecerá la seguridad energética del país.
Los diputados opositores criticaron la aprobación de la ley bajo el argumento que no fue debatida con comunidades y expertos.
Actualmente, el 20 % de la energía producida en El Salvador proviene de cinco plantas geotérmicas. El gobierno asegura que esta ley permitirá ampliar la capacidad de generación y aprovechar un recurso renovable considerado estratégico para el desarrollo económico y la reducción de emisiones.