El Vaticano anunció este martes que dos cardenales no podrán participar en el cónclave que comenzará el 7 de mayo para elegir al próximo Papa. La Santa Sede no reveló oficialmente sus nombres, pero la Conferencia Episcopal Española confirmó que uno de ellos es el cardenal Antonio Cañizares, de 79 años, ex arzobispo de Valencia. El segundo sería un purpurado bosnio, también ausente por razones de salud.
La cifra de electores se reduce así a 133 cardenales con derecho a voto. La normativa exige una mayoría de dos tercios para elegir al nuevo pontífice, lo que implica al menos 89 sufragios. Los cardenales estarán completamente aislados durante el proceso: sin acceso a teléfonos móviles, internet ni medios de comunicación, hasta que una fumata blanca anuncie que el nuevo papa ha sido elegido.
Otra figura ausente será el cardenal italiano Angelo Becciu, quien desistió de su intento de participar tras ser despojado de sus privilegios por el papa Francisco debido a un escándalo financiero vinculado a una operación inmobiliaria en Londres. Becciu enfrenta cargos judiciales y no ha sido rehabilitado por la Santa Sede.
Mientras tanto, los cardenales se reúnen a puerta cerrada en la sala Pablo VI del Vaticano para debatir el futuro de la Iglesia. Las discusiones han abordado temas cruciales como la evangelización, el papel de la Iglesia en los procesos de paz, y los persistentes escándalos de abusos sexuales. Estas reuniones preparatorias son clave para perfilar al próximo líder espiritual de 1.300 millones de católicos.
Cabe destacar que el 80% de los cardenales electores fueron nombrados por Francisco, en su mayoría provenientes de regiones tradicionalmente marginadas.