Autoridades colombianas incautaron 49 toneladas de coltán y estaño, extraídas ilegalmente por disidentes de las FARC en la selva fronteriza con Venezuela. El cargamento, valorado en 1,2 millones de dólares y destinado a China, fue interceptado en Villavicencio como parte de la «Operación Uranio».
Según la policía, seis personas fueron capturadas en el operativo, que forma parte de los esfuerzos para combatir la minería ilegal en el país. La explotación de coltán en Colombia involucra la instrumentalización de comunidades indígenas, a quienes se paga cerca de 7 dólares por kilo. Al llegar a Bogotá, el precio aumenta hasta 24 dólares y, una vez exportado, su valor se triplica.
El coltán es un mineral altamente codiciado debido a su contenido de tantalio, esencial para la fabricación de dispositivos electrónicos y armamento. La minería ilegal de este recurso financia a grupos criminales en el país. El rastreo de esta red de tráfico cuenta con la colaboración de la agencia estadounidense de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), que busca identificar los países receptores de estos cargamentos ilícitos.