Un doble atentado suicida en la ciudad de Bannu, en el noroeste de Pakistán, dejó al menos 12 muertos y alrededor de 30 heridos el martes.
Los ataques, que tuvieron lugar contra una base militar, abrieron una brecha en el muro de las instalaciones, lo que permitió que otros atacantes intentaran ingresar, aunque fueron repelidos con violencia. Entre las víctimas mortales, se incluyen al menos cuatro niños.
El grupo Jaish Al-Fursan, vinculado a los talibanes paquistaníes, se atribuyó la autoría del ataque, señalando que varios miembros de las fuerzas de seguridad pakistaníes también habían muerto. Este ataque marca el tercer incidente de este tipo en Pakistán desde el inicio del mes sagrado de Ramadán.
Aunque el Ejército de Pakistán no ha confirmado bajas en sus filas, fuentes locales informaron de las muertes de civiles, incluidos los niños, y destacaron que Bannu, es una zona frecuentemente atacada por insurgentes.