Cinco personas murieron en un tiroteo en el edificio de oficinas 345 Park Avenue, en Midtown Manhattan, otras personas resultaron heridas. El atacante, identificado como Shane Tamura, de 27 años y originario de Nevada, fue hallado sin vida en el piso 33 del inmueble.
Entre los fallecidos se encuentra un agente del NYPD que respondió al llamado de emergencia y fue abatido durante el enfrentamiento. Su muerte ha provocado un profundo pesar entre la comunidad neoyorquina y el reconocimiento de autoridades locales y federales. Las investigaciones se centran ahora en esclarecer los motivos del ataque y el posible acceso del agresor a zonas restringidas del edificio.
Las autoridades presumen que el atacante se suicidó tras abrir fuego. El incidente generó una respuesta inmediata de fuerzas policiales, unidades SWAT y servicios de emergencia, que acordonaron la zona y evacuaron a trabajadores y transeúntes en medio de escenas de pánico. La alarma se activó poco después del mediodía, cuando múltiples llamadas al 911 alertaron sobre disparos en el interior del rascacielos, que alberga firmas financieras y la sede administrativa de la NFL.
Testigos relataron momentos de caos, con empleados refugiándose bajo escritorios o corriendo por las escaleras mientras se escuchaban las detonaciones. El tiroteo, ocurrido en uno de los sectores más vigilados de la ciudad, ha generado inquietud sobre las medidas de seguridad vigentes en edificios de alto perfil.
Las autoridades han pedido colaboración ciudadana y reforzado la seguridad en puntos estratégicos de la ciudad. Mientras Nueva York trata de recuperar la calma, la tragedia reaviva el debate nacional sobre el control de armas y la prevención de actos violentos en espacios públicos y corporativos.