El nombre de Antifa vuelve a los titulares luego que el presidente Donald Trump los declarara formalmente como una “gran organización terrorista” de los Estados Unidos, pero el concepto “Antifa” suele estar rodeado de confusión. ¿Se trata de una organización? ¿Un movimiento internacional? ¿O simplemente de una etiqueta política?
A continuación, presentamos cinco claves esenciales para entender qué es Antifa y por qué genera tanto debate:
1. No es una organización formal
Antifa no tiene líderes visibles, oficinas ni estructura jerárquica. Se organiza como una red descentralizada de activistas locales, lo que dificulta identificarlos bajo los parámetros de una organización tradicional.
2. Significa “antifascista”
La palabra Antifa proviene del inglés anti-fascist. Sus seguidores se movilizan principalmente contra grupos neonazis, supremacistas blancos y organizaciones de extrema derecha. Para sus defensores, representa una forma de resistencia contra el autoritarismo.
3. Sus raíces históricas están en Europa
El movimiento hunde sus orígenes en la década de 1930, cuando brigadas antifascistas se enfrentaban en Alemania e Italia al auge del nazismo y del fascismo. En Estados Unidos resurgió en los años 80 y 90, vinculado a escenas punk y anarquistas, y se revitalizó en los 2000 frente al crecimiento de grupos ultraderechistas.
4. Sus tácticas generan controversia
Aunque muchos simpatizantes participan en manifestaciones pacíficas, algunos grupos han recurrido a confrontaciones violentas y vandalismo. Estos episodios han sido aprovechados por críticos conservadores para vincular a Antifa con el terrorismo doméstico, aunque sin respaldo legal de las agencias de seguridad.
5. Es un campo de batalla político en EE.UU.
En la política estadounidense, Antifa funciona más como un símbolo que como una entidad concreta. Para líderes republicanos como Donald Trump, representa el “radicalismo de izquierda”. Para sectores progresistas, es una forma legítima de oposición al extremismo de derecha.