China ha realizado un descubrimiento que podría transformar su panorama energético y posicionarse primero en carrera tecnológica global, una vasta reserva de torio en la mina de Bayan Obo, ubicada en la región autónoma de Mongolia Interior.

Este elemento químico, débilmente radioactivo, se considera una alternativa más segura y abundante al uranio-232 utilizado en los reactores nucleares convencionales.

Según un estudio nacional, las reservas de torio en el gigante asiático podrían satisfacer las necesidades energéticas del país durante aproximadamente 60,000 años, ya que se identificaron 233 zonas ricas en torio en todo el territorio chino, lo que sugiere que las reservas son mucho mayores de lo que se pensaba.

El torio tiene el potencial de ser utilizado en reactores nucleares de sales fundidas, una tecnología que ofrece mayores niveles de seguridad y eficiencia en comparación con los reactores tradicionales.

 

Su uso podría reducir significativamente la dependencia de los combustibles fósiles, alineándose con los objetivos globales de sostenibilidad energética.

Este avance coloca a China en una posición de liderazgo en el desarrollo de tecnologías nucleares avanzadas, superando a otras potencias como Rusia y Estados Unidos.