Tras las devastadoras lluvias en el norte de China, que dejaron más de 40 fallecidos y varios desaparecidos, autoridades en Pekín admiten errores y aseguran que tomarán medidas correctivas.

Las inundaciones, ocurridas entre el 23 y 29 de julio, forzaron evacuaciones masivas en la capital y otras zonas afectadas.

Funcionarios ofrecieron condolencias y se comprometieron a aprender de lo ocurrido.

«Esto demuestra que hubo errores en nuestros planes preparatorios. Nuestra comprensión de los fenómenos meteorológicos extremos fue insuficiente. Esta trágica lección nos recuerda que priorizar a las personas, priorizar la vida humana, es más que un simple eslogan. Debemos implementarlo firmemente en nuestras políticas» afirmó Yu Weiguo, responsable del Partido Comunista de China en un distrito afectado. 

Las catástrofes naturales son habituales en China, sobre todo en verano.

Es frecuente que regiones enteras se vean inundadas por las fuertes lluvias y que otras enfrenten periodos de sequía.