El gobierno de Chile anunció el retiro de sus agregados militares, de defensa y aéreos destacados en la embajada chilena en Tel Aviv, Israel. La decisión fue notificada oficialmente a las autoridades israelíes, en respuesta a lo que La Moneda calificó como una “gravísima situación humanitaria” en la Franja de Gaza.

La cancillería chilena sostuvo que la operación militar israelí en el enclave palestino es desproporcionada e indiscriminada y criticó los constantes impedimentos para el ingreso de ayuda humanitaria. La decisión fue coordinada entre los ministerios de Relaciones Exteriores y Defensa, y ocurre en medio de crecientes llamados internacionales a un alto al fuego y a la apertura de corredores humanitarios.

Chile ha exigido el cese inmediato de las operaciones militares en los Territorios Palestinos Ocupados, el respeto al derecho internacional y el acceso irrestricto de asistencia para la población civil. El país sudamericano ya había respaldado la demanda de Sudáfrica contra Israel por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia.

La medida generó reacciones divididas. Mientras la comunidad palestina en Chile expresó su agradecimiento, sectores como la comunidad judía la calificaron como una “torpeza diplomática”. El ministro del Interior, Álvaro Elizalde, aseguró que la decisión responde a principios éticos, pero evitó confirmar si el Ejecutivo contempla romper relaciones diplomáticas con Israel.