Chile celebró el miércoles la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de aplicar aranceles con un alcance más limitado al inicialmente previsto, dejando fuera a las exportaciones chilenas de cobre en su forma bruta.

La medida, anunciada por la Casa Blanca, establece que a partir del 1 de agosto se impondrá un arancel del 50% sobre productos manufacturados a partir de cobre, pero no sobre el metal sin procesar, lo que exime a bienes clave como los cátodos de cobre, es decir láminas altamente puras de entre 70 y 80 kilos, en la cadena de suministro industrial estadounidense.

Desde el lunes, delegaciones de ambos países mantienen negociaciones en Washington para tratar de alcanzar un acuerdo arancelario, luego de que la administración Trump anunciara su intención de imponer tarifas del 10 % y hasta el 20 % a productos de origen chileno, a pesar de que ambas naciones están unidas por un Tratado de Libre Comercio en vigor desde 2004.

 

Además, durante una reunión sostenida el miércoles con autoridades chilenas, la secretaria de Seguridad Nacional de EE. UU., Kristi Noem, confirmó que Chile continuará siendo parte del programa Visa Waiver, que permite a sus ciudadanos ingresar al país norteamericano sin necesidad de visa.