A partir del miércoles por la tarde, el cónclave que elegirá al sucesor de Francisco, fallecido este 21 de abril, empezará el proceso de votación en la Capilla Sixtina. Los 133 cardenales llegados de todo el mundo estarán aislados del mundo.
El Vaticano prepara dos edificios para acoger a los 133 purpurados que participarán en el cónclave, la Casa Santa Marta y el Colegio Etíope, y blinda sus aledaños para garantizar su aislamiento, apagando la red electrónica en el interior de la Capilla Sixtina.
El subdirector de la Sección de Infraestructuras de la Santa Sede, Silvio Screpanti, explicó en una entrevista publicada este sábado por el Vaticano que los preparativos se dividen entre el alojamiento de los purpurados y la Capilla Sixtina, donde votarán aislados.
Por eso, los preparativos se llevan a cabo sin pausa implicando a más de 40 profesionales, entre carpinteros, herreros, decoradores, personal de limpieza, así como administrativos, contables y otros 20 obreros de refuerzo reclutados de empresas externas.
La legislación pontificia establece que los cardenales llamados a votar no pueden mantener contacto con personas del mundo exterior, mediante ningún medio, y que el personal debe cerciorarse de que no se escondan instrumentos de grabación de ningún tipo.
Nada debe conocerse de lo que ocurre en el interior de este histórico lugar, bajo la severidad del Juicio Final que pintó Miguel Ángel, y por eso en esta semana «se ha controlado todo su sistema tecnológico», entre otros preparativos de tipo estético o práctico.
Además, los trabajadores del Vaticano, como manda la tradición, procederán a cubrir todas las ventanas del Palacio Apostólico que se aproximen al área del cónclave.