El Gobierno del presidente Donald Trump confirmó este miércoles la apertura de un nuevo centro de detención para migrantes indocumentados acusados de delitos graves dentro de la Penitenciaría Estatal de Louisiana, conocida como Angola, la cárcel de máxima seguridad más grande del país. El lugar, denominado “Camp 57”, tendrá capacidad para más de 400 internos.
El gobernador republicano de Louisiana, Jeff Landry, detalló que la mitad de los detenidos serán trasladados antes de que finalice septiembre. Funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional aseguraron que el complejo está diseñado para albergar a “lo peor de lo peor” y que busca enviar un mensaje de firmeza frente a la inmigración irregular y el crimen.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, señaló que la elección de Angola no fue casual. La prisión ha sido objeto de denuncias por condiciones laborales forzadas y deficiente atención médica, pero según Noem, esa reputación refuerza la advertencia a quienes cometan delitos en EE.UU.: “Si entras a este país y victimizas a alguien, vas a terminar aquí”.
El Gobierno de Trump ha impulsado la creación de varios centros similares en estados gobernados por republicanos. Iniciativas en Florida y Nebraska también buscan establecer instalaciones para migrantes, aunque algunas han enfrentado trabas judiciales.
Camp 57, bautizado en referencia al número del actual gobernador de Louisiana, representa el ejemplo más reciente de cómo la administración intenta vincular su política migratoria con la mano dura contra el crimen, una estrategia que sigue generando fuertes divisiones en el país.