Un operativo simultáneo en distintos puntos del país permitió a las autoridades costarricenses desarticular una red criminal que explotaba sexualmente a mujeres venezolanas y operaba bajo el mismo patrón que el Tren de Aragua, organización delictiva transnacional nacida en Venezuela.
La intervención fue coordinada por la Fiscalía y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), que ejecutaron siete allanamientos, incluyendo dos hoteles donde las víctimas habrían sido mantenidas bajo amenazas, restricciones y vigilancia constante. En total, diez personas fueron detenidas: entre ellas, ciudadanos venezolanos, un ecuatoriano y una nicaragüense.
Según la investigación, iniciada a finales de 2024, las mujeres eran traídas desde su país con promesas engañosas. Una vez en Costa Rica, eran obligadas a prestar servicios sexuales bajo un sistema de deudas impagables y castigos constantes, lo que prolongaba su sometimiento.
La red se encargaba de su traslado, vigilancia y promoción a través de plataformas digitales. Además del caso de trata, cuatro de los detenidos están bajo sospecha de haber participado en un doble homicidio.
