En su más reciente informe ante el Congreso, la presidenta de Perú, Dina Boluarte, aseguró que su gobierno «derrotará la extorsión y el sicariato», en referencia al incremento de la criminalidad en el país.
La mandataria, que asumió el poder en diciembre de 2022 tras la destitución de Pedro Castillo, enfrenta una creciente desaprobación popular y una crisis de seguridad que ha obligado al despliegue de militares en las calles para apoyar a la Policía Nacional.
“Vamos a vencer esta amenaza que azota a miles de peruanos”, dijo Boluarte durante su discurso, mientras afuera del Congreso se registraban protestas que fueron dispersadas con gases lacrimógenos por las fuerzas del orden.
Solo entre enero y junio de este año, la Policía Nacional del Perú recibió 13,667 denuncias por extorsión, un aumento del 25,5 % en comparación con el mismo periodo de 2024.
El crimen organizado, encabezado por bandas armadas que operan en diversas regiones del país, se ha convertido en uno de los principales focos de preocupación de la ciudadanía.
Dina Boluarte, de 63 años, se mantiene en el cargo con una de las tasas de desaprobación más altas entre los líderes del continente, alrededor del 96%, según diversas encuestas recientes.
El malestar social no solo responde a la inseguridad, sino también a los escándalos que rodean a su gestión.
Actualmente, la presidenta enfrenta varias investigaciones fiscales, entre ellas por presuntamente haberse ausentado del cargo sin autorización del Congreso para someterse a una cirugía estética, así como por la omisión en su declaración patrimonial de relojes de lujo con los que apareció en actos públicos.
Boluarte tiene previsto finalizar su mandato en julio de 2026, aunque el desgaste político y el descontento social plantean un escenario incierto.