El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, actualmente en prisión domiciliaria preventiva, permanecerá bajo vigilancia policial permanente debido al “riesgo de fuga”, según determinó el martes el juez Alexandre de Moraes, a pocos días de que concluya el juicio que enfrenta por golpismo.

Bolsonaro, quien gobernó el país brasileño entre 2019 y 2022, es acusado de liderar una organización que buscó impedir la toma de posesión del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva tras su victoria electoral en 2022.

El juez de Moraes instruyó a la policía a garantizar “la vigilancia a tiempo completo”, enviando equipos a la residencia donde cumple prisión domiciliaria desde el 4 de agosto.

En redes sociales, uno de sus hijos, el senador Flavio Bolsonaro, calificó la medida como “una situación innecesaria creada para imponer humillaciones”.

La presión sobre el líder ultraderechista podría intensificarse, ya que la Policía Federal solicitó autorización para mantener efectivos “24 horas en el interior de la residencia” de Bolsonaro, tras una petición del diputado Lindbergh Farias, del partido de Lula, quien alertó sobre un “riesgo de fuga concreto” fuera del país.

La fiscalía brasileña ya había respaldado esta solicitud, recomendando vigilancia continua.

El juez también mencionó en su decisión la campaña que otro hijo de Bolsonaro, el diputado Eduardo Bolsonaro, realiza desde EE. UU., ante la administración de Donald Trump en apoyo a su padre, lo que ha generado tensiones diplomáticas entre Brasil y EE. UU.

En respaldo a Bolsonaro, Trump aplicó aranceles del 50% a ciertos productos brasileños y sancionó a funcionarios brasileños, incluyendo al juez de Moraes y al ministro de Justicia, Ricardo Lewandowski, cuya visa fue revocada.

Con el veredicto previsto entre el 2 y el 12 de septiembre, Bolsonaro, de 70 años, enfrenta una situación cada vez más compleja y podría recibir una condena de hasta 40 años de prisión.