El presidente estadunidense Donald Trump anunció este miércoles, a través de su plataforma Truth Social, que ha decidido designar a Antifa como una “gran organización terrorista”. En su mensaje, Trump calificó al movimiento como un “desastre enfermo, peligroso y de izquierda radical” y advirtió que recomendará una investigación exhaustiva sobre las personas o grupos que lo financian.
La declaración de Trump reaviva un debate recurrente en Estados Unidos sobre el estatus legal de Antifa, un movimiento descentralizado de activistas de izquierda que se opone a los grupos de extrema derecha, pero que no tiene una estructura jerárquica ni una membresía formal.
Trump ya había intentado impulsar esta clasificación durante su primer período en la presidencia, especialmente tras las protestas contra el racismo y la brutalidad policial en 2020, donde responsabilizó a Antifa de los disturbios ocurridos en varias ciudades del país. Sin embargo, el Departamento de Justicia y el FBI no respaldaron esa medida.
El presidente de los Estados Unidos busca fortalecer su base conservadora y retomar protagonismo en el debate nacional sobre seguridad y orden público.
Organizaciones de derechos civiles han advertido que calificar a Antifa como terrorista podría abrir la puerta a restricciones de derechos constitucionales, especialmente en materia de libertad de expresión y protesta.
Tras la publicación de Trump sus seguidores aplauden la decisión como un golpe contra la “izquierda radical”, mientras que consideran que se trata de un gesto político más que de una medida con efectos prácticos en la política de seguridad nacional.