Dos gigantescos icebergs se han postrado en la costa de un pueblo pesquero de Groenlandia desde hace algunos días. Los bloques de hielo se han fusionado en uno, y las autoridades han cerrado la planta y el almacén de pescado locales para disuadir a los residentes de salir innecesariamente.
Contrario a lo que se podría pensar, el peligro no solo está en la probabilidad de impacto. La principal amenaza es que, si el iceberg comienza a fragmentarse o a derretirse, podría provocar fuertes olas que podrían dañar las viviendas costeras.
De hecho ya hay precedentes sobre este asunto, en 2018 sucedió algo similar causando daños en varias infraestructuras.
A pesar del peligro, algunos habitantes siguen observando la imponente masa de hielo desde sus ventanas y patios.