Colombia vive una nueva jornada de terror tras una serie de ataques coordinados con drones, explosivos y armas de fuego en el suroeste del país. Al menos cuatro personas murieron —entre ellas dos policías— y una docena resultaron heridas en 19 atentados simultáneos atribuidos a disidencias de las FARC.
Por su parte, el alcalde de Cali, confirmó los atentados y manifestó en redes sociales: «Nos quieren devolver a 1989. No lo permitiremos. ¡Viva Colombia!»
La región está ocupada por disidentes de la antigua guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que firmó un acuerdo de paz con el Gobierno en 2016.
Estos ataques marcan uno de los golpes más fuertes contra el gobierno de Gustavo Petro desde su llegada al poder en 2022, justo cuando su propuesta de “paz total” con grupos armados ilegales se encuentra estancada. El repunte de la violencia ocurre días después del atentado contra el senador Miguel Uribe en Bogotá, quien permanece en estado crítico.