La ciudad de Nagpur, en el oeste de India, permanece bajo toque de queda indefinido tras enfrentamientos entre hindúes y musulmanes desatados por una protesta nacionalista. Grupos hindúes exigen la demolición de la tumba de Aurangzeb, un gobernante mogol del siglo diecisiete, que es una figura polémica en el país.


Los disturbios comenzaron el lunes y han dejado al menos 39 heridos, incluidos 34 policías. Además, se reportaron daños en viviendas y vehículos. Hasta ahora, la policía ha arrestado a 50 personas en relación con los incidentes. Autoridades locales indicaron que la violencia se intensificó luego de la difusión de rumores sobre la supuesta quema de material religioso, refiriéndose al Corán.

Aurangzeb es una figura históricamente rechazada por los nacionalistas hindúes, quienes lo acusan de haber perseguido a los hindúes durante su reinado.


Los extremistas hindúes también han atacado lugares de culto musulmanes en todo el país y han reclamado varias mezquitas famosas, alegando que están construidas sobre las ruinas de importantes templos de su fe.

La administración del primer ministro Narendra Modi ha sido señalada por grupos de derechos humanos de permitir el auge de la violencia contra minorías musulmanas en India. Mientras tanto, la oposición advierte que los conflictos religiosos se han convertido en una herramienta política para movilizar sectores nacionalistas antes de las próximas elecciones.