El Gobierno de Guatemala trasladó a diez líderes de las pandillas Barrio 18 y Mara Salvatrucha a la prisión de máxima seguridad “Renovación I”, en Escuintla, tras un ataque armado en una funeraria que dejó al menos siete muertos y más de diez heridos.
El ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, informó a través de redes sociales que los reclusos permanecerán bajo aislamiento absoluto, y sin privilegios ni capacidad para coordinar actividades criminales.

El operativo, que involucró a más de 800 agentes de fuerzas especiales y unidades del sistema penitenciario, fue descrito como “impecable” por las autoridades, que aseguraron que los traslados se realizaron sin disparos ni heridos.

Jiménez afirmó que los pandilleros, considerados de “altísima peligrosidad”, eran intocables en gobiernos anteriores, pero ahora se encuentran bajo estricta vigilancia las 24 horas.

La violencia entre pandillas, vinculada a extorsiones, sicariato y control territorial, mantiene al país con altos niveles de homicidios, mientras expertos advierten que las prisiones continúan siendo centros de operación del crimen organizado.