Estados Unidos desplegó por primera vez en 17 años varias bombas termonucleares B61-12 en Reino Unido, según informaron medios internacionales. Las armas fueron trasladadas desde la base aérea de Kirtland, en Nuevo México, hasta la base de la Real Fuerza Aérea en Lakenheath, en el condado inglés de Suffolk, al noreste de Londres.
Las bombas, de hasta 50 kilotones de potencia y capaces de ser transportadas por cazas F-35A, quedaron almacenadas en una instalación de alta seguridad especialmente construida para este fin. La base de Lakenheath ya fue un punto clave del despliegue nuclear estadounidense durante la Guerra Fría, hasta la retirada final del arsenal en 2008 como parte de los esfuerzos de desarme en Europa.
El retorno de armas nucleares a suelo británico refleja un cambio estratégico de la OTAN ante el deterioro de las relaciones entre Washington y Moscú, así como la necesidad de reforzar la disuasión nuclear en un entorno geopolítico cada vez más tenso.
La modernizada B61-12 es la última versión de una de las bombas más antiguas del arsenal nuclear estadounidense, con mayor precisión y flexibilidad operativa.