eroces enfrentamientos entre facciones drusas armadas y tribus beduinas continúan este viernes en la provincia siria de Sweida, en el sur del país, desatando un nuevo foco de violencia sectaria que amenaza con extenderse. Testigos y organizaciones de derechos humanos reportan ataques recíprocos, ejecuciones sumarias y el desplazamiento de cientos de familias beduinas, mientras las milicias drusas consolidan el control de Suwayda.
La violencia, que comenzó tras secuestros y venganzas entre ambas comunidades, ha dejado decenas de muertos, incluidos civiles. Los combates alcanzaron a la ciudad de Shahba, donde más de mil beduinos permanecen cautivos, y la milicia drusa ha expulsado a otras tribus de la región. En respuesta, grupos beduinos incendiaron viviendas drusas en áreas bajo su control, mientras Israel lanzó ataques aéreos en apoyo a la minoría drusa y contra posiciones del régimen sirio.
En paralelo a la crisis en Sweida, el presidente de transición sirio, Ahmad al-Sharaa, abandonó este viernes Damasco junto a su familia, según fuentes oficiales citadas por Al Mayadeen. La huida se produjo tras el asesinato de tres altos funcionarios de su administración, incluido el ministro de Defensa Marhaf Abu Qasra, en un contexto de creciente incertidumbre política y tensiones dentro de las propias instituciones sirias.
Las mismas fuentes informaron que una unidad militar tomó por sorpresa el edificio de radio y televisión en la capital, supervisando las transmisiones directamente, en una señal de fracturas en el aparato estatal. Las circunstancias exactas de la salida de Al-Sharaa no han sido aclaradas, aunque analistas apuntan a un debilitamiento crítico del poder central frente a la intensificación de las divisiones sectarias.
La ONU y varios actores regionales han expresado alarma por la escalada en el sur y la inestabilidad en Damasco, temiendo que la frágil paz de posguerra en Siria colapse ante esta nueva ola de violencia.