La ciudad de Cebú, en el centro de Filipinas, sufre una de las peores inundaciones de su historia reciente tras las intensas lluvias provocadas por la combinación del monzón del suroeste y la depresión tropical Crising. Las autoridades declararon alerta máxima mientras continúan las labores de rescate en las zonas más afectadas.

Equipos de emergencia reportaron decenas de residentes atrapados en áreas bajas como Barangay Mabolo, donde el agua alcanzó niveles críticos y anegó por completo calles, viviendas y comercios, incluido el céntrico centro comercial Gaisano. La aviación civil también resultó impactada, con varios vuelos cancelados y cientos de pasajeros varados en aeropuertos.

El Consejo Nacional de Gestión y Reducción de Riesgo de Desastres elevó la alerta a nivel rojo, ordenando la plena movilización de fuerzas de rescate y de apoyo logístico. Por su parte, la Agencia Meteorológica de Filipinas advirtió sobre la posibilidad de nuevas lluvias torrenciales en las próximas 48 horas y sobre el riesgo de marejadas ciclónicas que podrían agravar la situación en las zonas costeras.

Ante la magnitud del desastre, varias provincias cercanas suspendieron las clases y activaron planes de evacuación preventiva. Expertos en clima subrayan que eventos como este, cada vez más frecuentes e intensos, ponen en evidencia la necesidad de reforzar las infraestructuras urbanas y los sistemas de alerta para mitigar los efectos del cambio climático.