La comunidad inmigrante y organizaciones defensoras de derechos humanos expresaron este lunes su indignación por la muerte de Jaime Alanís García, un trabajador agrícola mexicano que resultó herido mortalmente durante una redada del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, ICE, en una granja legal de cannabis en Camarillo, en el condado de Ventura.
Alanís García sufrió fracturas graves en cráneo y cuello tras caer desde una altura considerable cuando intentaba escapar de los agentes migratorios el pasado jueves 10 de julio. Su fallecimiento, confirmado por fuentes hospitalarias durante el fin de semana, lo convierte en al menos la novena persona que pierde la vida en el contexto de operativos de ICE desde el inicio de la nueva administración presidencial en enero.
Diversas organizaciones, como la Unión de Campesinos, denunciaron la brutalidad y las consecuencias letales de los operativos. “La muerte de Jaime es una mancha más en la conciencia de este gobierno. Estas redadas matan a personas que solo buscan una vida digna”, señaló un portavoz de la UFW, al anunciar vigilias y protestas en el condado y otras ciudades del estado. La misma presidenta Claudia Sheinbaum lamento el hecho que está afectando a cientos de conciudadanos.
Las cifras oficiales ya habían reportado ocho fallecimientos bajo custodia de ICE desde enero, pero este caso pone en evidencia que los riesgos de las políticas migratorias no se limitan a los centros de detención. Activistas demandaron una investigación independiente sobre las circunstancias del suceso y un alto inmediato a las redadas indiscriminadas.